miércoles, 30 de mayo de 2012

Llueve por las noches como si fuera un ritual.


Cómo era que decía él:
“Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.”

Y cae sobre mis mejillas
el agua que limpia mi alma,
de quién sabe qué.
Por mi parte
no es necesario imaginar nada
basta ver
como el agua
no cae clara.

Cansada de ser el abrigo de este invierno
corrijo mi espiral mirando hacia el cielo,
encerrando mis palabras
pa dejarte el ruido
que es el mismo
que siempre has tenido.

Que llueva y duela el estomago,
que llueva y vomite mis antojos,
que llueva y me sienta recién paria
y sienta,
y quizás
me sientas …

3 comentarios:

Anónimo dijo...

todo lo que creemos sentir desde fuera

es un viejo eco de voces antiguas
abandonado, olvidado,
dentro muy dentro de eso que solemos llamar alma...

Luz dijo...

Me-car-gan-los-a-nó-ni-mos.

Pero creo saber quién eres =/

Y si no es viviendo, sintiendo
cómo?

Anónimo dijo...

paria....

hum
yo si que soy un anonimo