Escribiendo
la crónica
negra
de corazones desesperados,
desilusionado
de lo que alguna vez creyeron,
de ellos,
de nosotros,
de sí mismo.
Duelen más los golpes
cuando no son en el cuerpo
pesa más la rabia
cuando no sólo es nuestra.
Gritemos,
lloremos,
rompamos
todas las llaves
que no abran puertas,
bailemos
sobre las cabezas
de aquellos
que sólo saben de ellos,
violentemos
la ilusoria armonía
y no paremos
hasta
que
la
verdad
caiga
por
su
propio
peso.