La manzana nunca cae lejos del árbol

Escribe el pájaro con su canto…

Encontrado el poncho
que perdió el diablo
se siente en la boca
frases inconexas,
cual boca llena de cuesco
después de comer níspero.
Hoy no hay parches
para las heridas,
hoy busco robar los huevos del águila
buscando lo que no se encuentra,
para encontrar lo que no se ha buscado..

(Domesticando la serpiente)

Tiempo para depurar

Aquí no se puede obligar al universo
a tener encuentro casuales
que en realidad de casuales no tenían nada.
Y en este lado del mundo
todo me recuerda a ti,
La biblioteca
que muy probablemente
no
conoces
con su extraña
manera
de ordenar los libros,
El gato negro del correo
que me hace pensar
en aquel,
si,
ese,
que adoptamos
sólo por la noche de año nuevo
y tantos otros recuerdos
con tanta incertidumbre congelante
que se desea quebrar
romper
Y salir corriendo a buscarte
Y abrazarte,
Y robarte mil besos,
Y obligarte a besar mi nariz,
Y a que juegues con mis rulos,
Y verte divertido contar mis pecas,
Y disfrutar juntos
ese momento que construimos
a nuestro antojo.

No
Creo
En
Las
Casualidades.

Sólo necesito
un empujoncito más
del universo
para seguir escribiendo.

Antes de dormir la siesta

La muerte
se ha sentado
en la cabecera,
me ha cerrado los ojos,
pero dejado consciente
de
todo
lo que
me rodea.

¡DESPIERTA!

Me ha hablado al oído
para aconsejar…

¡DESPIERTA!

…que la deslealtad
es la clave
para mi desintegrar.

¡Despierta!
Volvió a decir la muerte.