Dejamos que esta época fuera la más cobarde y miserable de la historia,
permitimos que el personaje símbolo fuera un gordo pelao, no por ello parecido
a buda, al contrario con delirios místicos probablemente producto de las
drogas.
Nos matamos, destruimos todo lo
que amamos y construimos, nos olvidamos de la fe y nos sumergimos en el miedo creando
realidades caóticas, creando lo que “supuestamente”
no queremos crear. Esto y más se
verá reflejado En pinturas, poemas, novelas, canciones, películas, etc. Y se
les reconocerá como el periodo de auto-destrucción.
Porque permitimos que otros escribieran nuestra historia, porque no tuvimos coraje para decir nosotros
ayudaremos al cambio. Quizás sólo se está cansado y ya no hay ganas para hacer
nada, pero hasta incluso el hacer nada es más valido que esperar que sea lo que
digan otros. La voluntad no puede ser desperdiciada, la magia, el cambio, la
revolución espiritual y física empieza por ahí, por trabajar la voluntad.
1 comentario:
Thelema, definitivamente sin voluntad no hay cambio. Quizá de la vorágina destructiva llegue la nueva revolución :)
Publicar un comentario