Se me arrancan los soles
entre risas y llantos,
ya ni sé cómo estoy,
y lo veo a usted
quizás en un estado de crisis primaveral
oscilando entre la luz y la sombra invernal.
Que ¿qué digo?,
que su septiembre,
mi septiembre,
el septiembre de la historia
es tan ambivalente
lleno de mariposas y bombas,
de cosecha y muerte…
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